Una vez lo proponga formalmente la Comisión, el debate pasa a manos del Consejo y, por tanto, a los Estados miembro.
Avisa de que no quiere "una Europa formada por 90 países" y que si la Unión Europea interviene "crearía más caos".
Este cargo, según el presidente de la Comisión Europea, se ocuparía de las "reformas estructurales" en los Estados miembros.