Un chico de 16 años detenido por yihadismo en el pequeño pueblo de Padrenda, Ourense

 Un adolescente de 16 años, vecino de Padrenda (Ourense), ha sido detenido por su presunta implicación en actividades de adoctrinamiento yihadista. La Audiencia Nacional ha ordenado su internamiento en un centro de reforma de Madrid durante tres meses, tras una operación coordinada entre la Guardia Civil, la Policía Nacional y el Juzgado de Bande.

El joven, que actuaba como "lobo solitario" en el seno de una familia normalizada, fue detenido el pasado martes en el marco de una operación contra el terrorismo yihadista. Según fuentes jurídicas en una información que adelantó La Región, el menor pasaba horas en internet consultando contenido islamista radical, incluyendo manuales para fabricar explosivos, propaganda yihadista y publicaciones homófobas y misóginas. Aunque no se hallaron explosivos en su domicilio, las investigaciones revelaron un proceso de radicalización preocupante, centrado en el seguimiento de los postulados del Estado Islámico.

La operación, llevada a cabo a primera hora de la mañana del martes, contó con la colaboración del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Bande. Tras el registro de su vivienda, supervisado por la letrada de la administración de justicia (LAJ), el joven fue trasladado a Madrid, donde quedó a disposición del Juzgado Central de Menores.

Internamiento en un centro especializado
La Fiscalía de Menores solicitó el internamiento del adolescente en el centro Teresa de Calcuta, en la Comunidad de Madrid, un establecimiento con programas específicos para este tipo de delitos. La Audiencia Nacional acordó esta medida cautelar, la más severa para menores, el miércoles por la mañana. Según fuentes cercanas al caso, el joven no solo consumía contenido radical, sino que también lo difundía entre terceros, realizando labores de proselitismo y adoctrinamiento.

El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, destacó la importancia de mantener el secreto en casos que involucran a menores. "La necesidad de secreto es mucho más evidente, si cabe", afirmó este jueves en un acto público. Blanco también elogió la labor de las fuerzas de seguridad, que actuaron con "absoluto respecto y escrupulosidad" para evitar filtraciones.

El papel de las redes sociales en la radicalización
El caso pone de manifiesto el creciente uso de las redes sociales y plataformas digitales como herramientas de radicalización. El menor utilizaba perfiles en Instagram, TikTok, WhatsApp, Facebook y Telegram para acceder y compartir contenido yihadista, incluyendo nasheed, piezas musicales que glorifican el combate y las operaciones violentas.

Las investigaciones, que comenzaron en 2023, revelaron que el joven no solo consumía este tipo de contenido, sino que también realizaba consultas sobre manuales para fabricar explosivos. Aunque se descartó que tuviera intención de perpetrar atentados en el corto plazo, su actividad en línea evidenciaba un progresivo proceso de radicalización.

Este caso se enmarca en un contexto más amplio de preocupación por el uso de internet y las redes sociales para la difusión de ideologías extremistas. Las organizaciones terroristas han encontrado en las nuevas tecnologías una ventana de oportunidad para reclutar y adoctrinar a jóvenes, tal como han demostrado operaciones recientes en España y otros países.

El internamiento del menor en un centro especializado busca no solo garantizar la seguridad, sino también ofrecerle un programa de rehabilitación que le permita reintegrarse en la sociedad. Sin embargo, el caso deja en evidencia los desafíos a los que se enfrentan las autoridades en la lucha contra el terrorismo yihadista en la era digital.